Nuestro primer viaje del año a Dubai, cada vez que llegamos a esta ciudad, nos sorprende más y más la cantidad de nuevos edificios que están en construcción. Parece no tener fin la ambición árabe y su proyecto de crear una ciudad modelo occidental en el medio de una potente región que cuenta con una de las culturas más tradicionales del mundo.
Nos desplazamos allí en una visita expres de dos días para visitar a uno de nuestros clientes más antiguos.
Objetivos:
- Consolidar un nuevo cliente con el cual ya hemos trabajado dos pedidos importantes.
- Contactar 4 nuevos clientes potenciales.
Ha sido un viaje tranquilo: no nos ha fallado ninguna visita y hemos optimizado presupuesto gracias a un buen trabajo.
Dubai es sencillo: hotel, taxi, cliente. Los clientes no están lejos (máximo 45 min en taxi), el trafico es fluido, las visitas agradables y el potencial de negocio: impresionante.
Ahora bien, nos cansamos de escuchar que estamos en el mercado más competitivo del mundo donde los precios son lo primero…¡Cuantas veces habré oído ya esto mismo en tantos otros países! Estamos llevando un producto que se vende con un mix de calidad y precio muy exigente…. los pedidos en bastantes ocasiones, se suelen decidir por milésimas de euro.
Lo cierto es que desde esta ciudad no sólo se cubren los Emiratos, un «país» pequeño con 4,5 millones de habitantes, si no que además, es una plataforma de acceso a muchos otros países de la zona… y en especial, de 3 grandes mercados: Arabia Saudi, Egipto e Iran. Por ello, lo que la hace más que merecedora del esfuerzo continuado que supone iniciar y mantener las relaciones con los clientes que vamos abriendo.
En los países árabes cuando un producto tiene calidad y es competitivo, se vende. Pero es sin duda alguna clave, como en casi todos los sitios, generar relaciones entre personas y entre «organizaciones».
